Tener la piel sensible no necesariamente tiene que ser un problema, ni mucho menos un problema de salud que desencadene en trastornos dermatológicos, siempre y cuando sepas cómo cuidar la piel del rostro. Actualmente, se habla mucho de skin care, pero no todos valen para todas las personas, ya que cada cutis es un mundo, con sus características y necesidades particulares. Si tú también tienes la piel especialmente sensible, sigue leyendo, porque en este post te vamos a dar algunos tips para su cuidado.
¿Qué queremos decir cuando decimos que tenemos la piel sensible o delicada?
Los expertos se refieren con sensibilidad cutánea a una condición en la que la piel es más propensa a sufrir reacciones adversas frente a estímulos externos, como productos cosméticos, detergentes, cambios climáticos o exposición a ciertos alérgenos. Las personas con piel sensible pueden experimentar una variedad de síntomas, que incluyen enrojecimiento, irritación, picazón, ardor o descamación, que pueden ser desencadenados por factores ambientales o sustancias irritantes.
Factores que más influyen en las pieles sensibles
A continuación, citamos algunos factores que inciden directamente en la salud cutánea y que las personas con mayor sensibilidad deben controlar en mayor o menor medida.
La genética de la piel
La predisposición genética juega un papel importante en la sensibilidad de la piel. Algunas personas tienen una barrera cutánea naturalmente más débil o una mayor sensibilidad a ciertos estímulos externos debido a su herencia genética.
Barrera cutánea comprometida
La barrera cutánea es la capa exterior de la piel que actúa como un escudo protector contra los irritantes y alérgenos externos. Cuando esta barrera se debilita, la piel se vuelve más propensa a la irritación y a las reacciones alérgicas. Un consejo tan básico como esencial, es que se use crema hidratante diariamente, incluso más de una vez. Compuestos como la niacinamida refuerzan la creación de células nuevas para mantener el rostro libre de impurezas.
Factores ambientales
Exposición a condiciones climáticas extremas como viento, frío, calor intenso o baja humedad pueden desencadenar síntomas de sensibilidad en la piel. Todos los expertos en medicina y dermatología coiniciden en que es de extrema importancia que siempre se use un buen protector solar de factor 50 o superior, sea invierno o verano, ya que la radiación es muy peligrosa y se acumula.
Productos cosméticos y químicos irritantes
El uso de productos cosméticos, detergentes, limpiadores o fragancias que contienen ingredientes irritantes puede provocar irritación y reacciones alérgicas en la piel sensible.
Cambios hormonales
Los cambios hormonales, como los que ocurren durante el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia, pueden influir en la sensibilidad de la piel y aumentar la probabilidad de experimentar irritación o reacciones cutáneas.
Estrés y estilo de vida
El estrés crónico y un estilo de vida poco saludable pueden afectar negativamente la piel sensible, ya que pueden debilitar el sistema inmunológico y aumentar la inflamación en el cuerpo, lo que puede manifestarse en forma de erupciones cutáneas o enrojecimiento.
Alérgenos y sensibilizantes de la piel
Algunas personas pueden ser alérgicas o sensibles a ciertos alérgenos como el polen, el polvo, los ácaros del polvo, los alimentos o los productos químicos presentes en productos para el cuidado de la piel o detergentes.
Condiciones médicas subyacentes
Condiciones como la dermatitis atópica, el eccema, la rosácea u otras afecciones cutáneas pueden aumentar la sensibilidad de la piel y hacerla más propensa a las irritaciones y reacciones.
Piel rosácea, cuando la piel sensible se convierte en una enfermedad cutánea
La rosácea es una enfermedad cutánea crónica que afecta principalmente la piel del rostro, causando enrojecimiento, vasos sanguíneos visibles, protuberancias rojas y, en casos más avanzados, acné. Por suerte, la ciencia ha desarrollado diversos tratamientos para la piel rosácea que evitan sus efectos más agudos.
Por ahora, se desconocen las causas exactas que desencadenan la piel rosácea, pero, por lo general se barajan factores como la exposición al sol, el estrés, el alcohol, ciertos alimentos y productos para el cuidado de la piel.
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